EDITORIAL
Nuestro
país atraviesa por una de las más terribles crisis de las que se tenga
memoria, producto de la política neoliberal puesta en marcha desde hace
tres décadas por la burguesía criolla y la oligarquía financiera quienes
han puesto en marcha toda la maquinaria del estado para imponer la más
feroz de sus dictaduras sobre los trabajadores: el fascismo.
Como
muestra de ello, las llamadas “reformas estructurales” aprobadas por el
Congreso de la Unión en comunión con el Gobierno Federal, los gobiernos
estatales y los distintos partidos de la burguesía, buscan redoblar las
cadenas sobre el cuello de la clase trabajadora, para descargar todo el
peso de la crisis sobre nuestras espaldas. De esta manera, la reforma
laboral, educativa, fiscal, energética, así como las que están en
puerta, representan el escenario idílico para los explotadores, pintando
el bosquejo de un México donde la legalidad y los derechos políticos
queden totalmente restringidos para las masas populares en general y por
el otro lado, se abra una nueva época de bonanza para quienes viven a
costa de nuestro trabajo.
En ese contexto, la clase
trabajadora en Oaxaca, poseedora de una importantísima experiencia
histórica de organización y lucha clasista, comienza a replantearse la
necesidad de reencontrar la unidad política, ideológica y programática
en su accionar cotidiano, retomando lo mejor de lo mejor que nos ha
legado el movimiento popular-sindical oaxaqueño a lo largo de su copiosa
historia, particularmente la de aquel grandioso movimiento
insurreccional que fue la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en
el 2006 y que logró agrupar en su seno al Movimiento Democrático de los
Trabajadores de la Educación de Oaxaca, representado en la Sección XXII
del SNTE-CNTE, así como a diversos sindicatos independientes, colonias,
barrios populares, comunidades, ejidos, pueblos, organizaciones
sociales, colectivos, ONG´s e individuos con conciencia de clase, que
juntos lograron arrinconar al gobierno tiránico de Ulises Ruiz Ortiz y
sobre todo, sentar las bases para el ejercicio de un nuevo poder surgido
desde abajo, es decir: desde los trabajadores de la ciudad y el campo.
Hoy,
que el movimiento sindical en Oaxaca, al igual que en el resto del
país, se encuentra ante el redoblar de la ofensiva burguesa sobre los
trabajadores, se hace toral la necesidad de articular la unidad y la
lucha de clase de los explotados, bajo una nueva política sindical
perfectamente definida en la construcción de un referente aglutinador
con carácter clasista, unitario, democrático, asambleísta,
revolucionario e internacionalista, que pugne por mejorar las
condiciones de vida y trabajo, la democratización del movimiento
sindical, pasando por la lucha contra el corporativismo y el charrismo
sindical, la derogación de las reformas lesivas contra los trabajadores y
el pueblo de México, así como por la transformación revolucionaria de
la sociedad.
En esa tesitura, distintos sindicatos de
carácter estatal y nacional, así como uniones profesionales de
trabajadores y corrientes sindicales democráticas, nos hemos planteado
desde ya la tarea de trabajar hacia la formación de una Federación de
Trabajadores y Sindicatos de Oaxaca como parte de la ruta común con
otros referentes de unidad hacia una Nueva Central de Trabajadores
Clasista y Revolucionaria de carácter nacional.
Para ese
fin, La Inter surge como un órgano de difusión y orientación
político-sindical que permita a las distintas organizaciones de
trabajadores dar a conocer nuestras luchas, nuestras problemáticas, así
como también nuestros planteamientos para el desarrollo del movimiento
sindical.
Ponemos pues en manos del proletariado y la clase
trabajadora oaxaqueña este modesto esfuerzo que nos permita retomar la
denuncia, el debate y el ejercicio teórico al calor de la lucha de
clases, para así seguir elevando juntos las formas de organización y las
formas de lucha en la perspectiva del poder para los trabajadores.
Consejo Colegiado Editorial
SUTCSEIIO
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SUTSHO “SERGIO BARRIOS”
SSTPEOyOD
UTE
CBSS
Comisión Obrero-Sindical FPR
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